lunes, 17 de noviembre de 2008

Memorias de una tarde

Volvía,ya no importa de donde masticando una derrota,
de esas que te hacen parar en el quiosco a comprar un chocolate, para cambiar el sabor y levantar el ánimo, y me di cuenta que había concluido una gran ilusión de esas que nunca se cumplen y que están solo en nuestras ganas  de encontrar a un Pigmalión que te talle a mano y que de golpe los dioses  te concedan el deseo de ser de carne y hueso, aunque sea con dos horas de amor, no más, y ese pensamiento me levantó el estado que traía y me di cuenta que estoy más paciente que hace unas horas donde no le hubiera encontrado el sentido del humor a semejante rechazo y mientras me acomodaba en un asiento ,me vino a la memoria una pregunta que le había hecho a mamá allá por el año 69 al costado del piletón de nuestra casa mientras ella lavaba un domingo, mi gran incógnita existencial ¨que hacemos acᨠmamá, después de unos interminables segundos me dijo -¨donde acá,eh?¨- "acá de nuevo acá" contesté mientras me miraba mi pequeño cuerpo como no entendiendo por qué estaba tan cerca del piso parada y mirando hacia arriba tratando de encontrar su mirada y sentí que mi pregunta no tenia mucho sentido para ella, y que en realidad no nos estábamos comunicando. Ella estaba llena de respuestas simples como cualquier mamá hablando con su hijo de solo cuatro años. 
Mientras miraba por la ventanilla del colectivo pasaba por lugares en donde el tiempo parecía detenido, allá por los 70' mi barrio de la niñez. La biblioteca donde iba a estudiar. Pensé qué cosas me llevaban para atrás , a recordar cuáles eran mis pendientes que debía yo aprender para solucionar de ese pasado que ahora estaba mirando en este presente. En fin, en algunos aspectos estaba ávida de respuestas que podía utilizar. No eran sólo suposiciones o supercherias. Eran pequeñas fórmulas para grandes situaciones y me sentí feliz una vez más y entendí que está buena una derrota, así me siento a escribir y encuentro en mi película lo conquistado otra vez... Esta bueno darse cuenta que hay respuestas.
Ellas provienen de lo perdido y lo ganado y que las increíbles y simples verdades están ahí en los olores en lo visto en lo percibido de nuestra propia película sin fin así que esta bueno revivir ....y sentarnos a ver nuestro propio film.

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