El Sol caía por última vez en la Tierra .Era tenue y de naranja pastel; teñia todo lo que tocaba su frágil luz trayendo momentos eternos que congelaban todo en su desértica estructura .Algunos robles viejos estaban aún parados en la ciudad con su tribu de humanos que, en forma desorganizada, se comían entre ellos .En el sorteo de los viajes de esta huida me había tocado hacerlo con Roby: entrañable amigo de otras fugas y acuerdos.
Esa tarde nos juntamos antes del despegue, antes de que el Sol se alejara un poco más hasta la última contracción. El tiempo se nos iba junto con su luz. Roby no estaba como siempre, no sabía qué suerte habían corrido sus hijos con esto del sorteo y el viaje, al igual que los mios que en parte ya se habían ido. Tomé una de las últimas fotos de un gran bagaje de imágenes para recordar. Nos habían dicho que donde íbamos nada se parecía a este planeta y eso me motivó más en mi labor de captar momentos únicos. Estas éran las únicas de mis pertenencías que corrían riesgo de desaparecer en el salto cuántico que haríamos en una base en órbita; Entonces tomé el instante único de la imagen y el rostro de mi compañero, mi silueta reflejada en el árbol , esperando el conteo final de esta última huida de la Tierra..
(continuara...)
